Test vocacional. ¿Sabes lo que es?

El test vocacional, también llamado test de orientación vocacional, es un formulario que te puede ayudar en la cuestión de cómo saber qué estudiar. Sin embargo, se trata de una herramienta poco conocida. Por ello, te damos algunas pinceladas sobre este tipo de cuestionarios, y te explicamos dónde y cómo se lleva a cabo uno.

El test vocacional es, como su propio nombre indica, un cuestionario que tiene como objetivo descubrir la verdadera vocación del usuario, ya sea a nivel profesional o a nivel formativo. Por tanto, es una herramienta de ayuda en uno de los grandes interrogantes de cualquier joven: ¿cómo saber qué estudiar?

El test vocacional está muy difundido en Latinoamérica, donde realizar uno supone una práctica más o menos habitual entre los estudiantes que aspiran a matricularse en la formación superior. Sin embargo, también es posible realizarlo en España, pues muchos son los centros e instituciones que lo han incorporado a sus servicios de orientación al alumnado.

Como decíamos, estos tests son una ayuda para quienes buscan cómo saber qué estudiar, con la vista puesta en la actividad profesional que desea desarrollar en el futuro. Sin embargo, también es útil para determinar la modalidad más adecuada de estudio con la que alcanzar esa capacitación profesional.

En concreto, cuando el test se realiza en el ciclo de Educación Secundaria, resulta útil para valorar qué es más adecuado: hacer una carrera universitaria o un ciclo formativo de grado medio o superior, como los que impartimos en Linkia FP. Y si el test se realiza cuando el alumno está terminando su ciclo de FP, puede ser útil para saber si le conviene continuar con una formación universitaria o bien concentrar todos los esfuerzos en buscar ya el trabajo más adecuado.

Cómo llevar a cabo un test vocacional

Como descubrirás si haces una rápida búsqueda en Internet, existen numerosos tests vocacionales online. Se trata de cuestionarios de respuesta cerrada, programados para extraer determinados resultados basándonos en la combinación de reglas automáticas. Su verdadera fiabilidad depende de muchos factores y solo conviene centrarse en aquellos elaborados por profesionales del mundo de la educación o incluso de la psicología. 

Más recomendables son, en general, los tests vocacionales abiertos y personalizados que te puede proporcionar un orientador profesional. Cabe recordar que la gran mayoría de centros educativos, especialmente en el ciclo de Educación Secundaria, cuentan con un departamento de Orientación. Sus funciones son muy amplias: desde la atención a la diversidad al tratamiento de conflictos de diferente índole. 

Pero una de sus funciones más importantes es, sin duda, la orientación académica, para ayudar al alumno en la cuestión de cómo saber qué estudiar. Además, este departamento de orientación se mantiene en los centros de formación profesional y en las universidades, en este caso más enfocado en el cercano mundo laboral.

La ventaja de los tests vocacionales que realizan los orientadores es que, con su método personalizado, se puede extraer más información sobre el alumno y, por tanto,  muchas más conclusiones. Por ello, pueden contener preguntas abiertas que no se responden con un sí o un no, o exclusivamente con A, B o C. Si el alumno se explica de manera más libre, aportará matices que pueden dar pistas clave sobre su verdadera vocación.

De todo ello también nos ocupamos en otro post que gira en torno a la pregunta: “¿cómo saber a qué me quiero dedicar?”. Y precisamente por la importancia que tiene la orientación en la formación profesional, Linkia FP cuenta con su propio departamento en la materia, con profesionales que pueden ofrecer tutorías individuales y asesoramiento pedagógico.

¿Qué se pregunta en un test vocacional?

Probablemente tengas curiosidad sobre las preguntas de estos tests vocacionales y, en especial, sobre los resultados que pueden arrojar sobre tus respuestas. En realidad, cada cuestionario es distinto: unos se pueden completar en unos 10 minutos, mientras que otros son más extensos, con un tiempo estimado de cumplimentación por encima de los 30 minutos.

Pero en general, se puede decir que el contenido de los tests vocacionales se ocupa de tres grandes esferas:

• Preguntas generales sobre la situación actual del alumno y sus expectativas en el corto plazo: son preguntas que tienen que ver, por ejemplo, con la disponibilidad del alumno para desplazarse a otras ciudades a estudiar o su preferencia por desarrollar su formación a distancia. También pueden centrarse en la disponibilidad horaria o en las obligaciones familiares y laborales que tiene
• Preguntas específicas sobre los intereses del alumno: estas son las preguntas más relacionadas con la vocación en sí y que muchos jóvenes aún no han descubierto. En ellas se puede indagar sobre temas tan variados como los animales, la salud, la naturaleza, la informática o el deporte
• Preguntas relacionadas con habilidades o carencias concretas: aunque estos tests tienen como principal objetivo descubrir la vocación de cada persona, lo hacen desde un punto de vista realista. Y estas preguntas tienen como misión hacer que el alumno ‘mantenga los pies en la tierra’. Esto es así porque, en ocasiones, los intereses y las aficiones de quien responde no siempre se corresponden con sus verdaderas capacidades. Por ejemplo: ¿puede un aficionado a los viajes convertirse en guía turístico si tiene pánico a hablar en público? Probablemente, no. ¿Y puede una persona que adora los niños dedicarse a la Educación Infantil si no tiene paciencia? Probablemente, tampoco.

En cualquier caso, hay que reconocer que los tests vocacionales no son infalibles: ni los realizados de manera abierta y personalizada por los orientadores del centro ni, mucho menos, los cerrados y automáticos que circulan por Internet. Especialmente cuando sé quien responde es joven y está en pleno proceso de madurar. Por ello, siempre es recomendable mantener una cierta prudencia sobre los resultados y una actitud abierta a rectificaciones.