En segundo lugar, cuando hablamos de higiene y aseo del paciente dentro de las técnicas básicas de enfermería, nos referimos a uno de los aspectos más personales y esenciales de los cuidados de enfermería. La higiene es una parte integral de la prevención de infecciones y del mantenimiento de la salud tanto física como psicológica del paciente.
Al mismo tiempo, el aseo del paciente abarca desde la limpieza de la piel hasta el cuidado de las uñas, pasando por la higiene oral y el aseo capilar. Cada una de estas acciones tiene su técnica y su propósito. Por ejemplo, mantener la piel limpia no solo evita infecciones, sino que también puede ser una oportunidad para evaluar la presencia de heridas o cambios en la condición de la piel que podrían ser indicativos de otras afecciones.
Del mismo modo, es fundamental realizar estas tareas con delicadeza y respeto, preservando la dignidad del paciente. Un enfermero/a competente es aquel que entiende que el aseo es un momento de vulnerabilidad para muchas personas y lo convierte en una experiencia positiva, transmitiendo tranquilidad y cuidado.
Además de la técnica, la comunicación juega un papel clave en este proceso. Explicar lo que vas a hacer antes de hacerlo puede ayudar a reducir la ansiedad del paciente y fomentar su cooperación. La higiene personal es también una excelente oportunidad para fortalecer la relación enfermero-paciente y para realizar una observación detallada de su estado general de salud.