Qué hace un mediador intercultural | Características y funciones
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Por el tipo de sociedad en la que vivimos, cada vez más diversa, el mediador intercultural es un profesional muy necesario. Y en los últimos años, su demanda ha ido en aumento, tanto en el ámbito público como en el privado. En este post te contamos qué es, qué perfil tiene, cuáles son sus funciones y cómo formarse para trabajar en este oficio.
Qué es un mediador intercultural
Se han aportado muchas definiciones sobre la figura del mediador intercultural. Y todas ellas destacan cuestiones que abordamos en este post, más adelante. Para entender qué es y qué hace este profesional, es necesario fijarse en las dos palabras que componen el término:
- Mediador: según el DRAE, “que media”. Y esta labor de mediación se realiza normalmente para que dos partes lleguen a un acuerdo o para se produzca una aceptación mutua, de la forma lo más armónica posible.
- Intercultural: nos indica que la causa (o uno de los principales condicionantes) del conflicto es la disparidad de culturas, entendida esta como el lugar de origen, la etnia o el modo de vida. Las dos partes pueden ser individuos o colectividades y, en muchos casos, la situación a resolver se produce en el proceso de acogida de una parte por la otra.
En ocasiones, el mediador intercultural puede actuar para resolver un conflicto puntual o puede realizar una labor de mayor alcance, con la vista puesta en la integración o inclusión social.
El perfil profesional del mediador intercultural
Para desarrollar de manera eficiente las funciones de mediador intercultural, resulta clave que éste reúna una serie de características. En primer lugar se puede citar su apertura de mente, algo a lo que suelen ir aparejadas cualidades como el respeto, la tolerancia y la empatía.
Otra cualidad a destacar es la de saber escuchar: cada persona tiene unas circunstancias personales diferentes y cada situación a resolver tiene dos puntos de vista. Por tanto, el mediador intercultural debe conocer ambas versiones, especialmente la de la parte más vulnerable o la de quien tiene más problemas para expresarse, lo cual le sitúa en una situación de inferioridad.
Sin embargo, esto último no debe llevar al mediador intercultural a tomar un posicionamiento previo. De hecho, la neutralidad y la imparcialidad son cualidades que también deben estar presentes en el perfil de este profesional.
La capacidad resolutiva y el poder de convicción son también habilidades a tener en cuenta para desarrollar este oficio. No obstante, eso no tiene por qué estar reñido con una visión optimista de la interculturalidad: estos profesionales deben ver la diferencia como una riqueza y una oportunidad, no como un lastre o un problema.
Por todo ello, es habitual que los mediadores interculturales sean personas que han vivido experiencias migratorias o que tengan un bagaje, directo o indirecto, de una cultura distinta. No obstante, esto se puede considerar un plus a favor, pero no se trata de una cuestión obligatoria o excluyente.
Funciones del mediador intercultural
Todas las cualidades que hemos mostrado en el anterior apartado ayudarán a realizar las funciones del mediador intercultural. Algunas de las más importantes las citamos a continuación:
Colaboración
El objetivo de esta función es la de tender puentes entre ambas partes, ayudar a que se entiendan y lleguen a un acuerdo. A veces, esa ayuda al entendimiento se produce en la propia comunicación, por lo que el dominio de lenguas será un punto clave en determinados mediadores interculturales.
Comprensión
La empatía que mencionamos más arriba resulta clave para esta función: hacer que una o ambas partes se sientan comprendidas, algo que no siempre ocurre sin la intervención del mediador y que puede estar en la raíz del problema.
Promoción de actitudes adecuadas
Más allá de la resolución de conflictos puntuales, el mediador cultural debe promocionar las actitudes adecuadas, es decir, las tiendan a crear un clima de buena convivencia entre ambas partes.
Organización de actividades
Esta función está relacionada con el anterior punto y existirá en la medida que lo determine la institución para la que trabaje el mediador cultural. Podrá organizar o simplemente colaborar en dicha organización.
La importancia de la ayuda del mediador intercultural
La importancia del mediador intercultural reside precisamente en la trascendencia del objetivo último que se persigue: la integración social de la parte más vulnerable y la convivencia pacífica entre ambas. Una integración que no debe ser unilateral, lo cual podría suponer la renuncia a los propios valores y, como consecuencia, la sensación de frustración. Al contrario, esa integración debe suponer una aceptación de la diferencia por parte de la parte que realiza la acogida.
Dónde estudiar mediación intercultural y salidas laborales
Para convertirse en mediador intercultural, hay varios caminos formativos que se pueden seguir. En el caso de Linkia FP, recomendamos la formación a distancia a través del Ciclo de Grado Superior en Integración Social. Uno de los módulos, de hecho, versa sobre el servicio de mediación y los procesos de mediación. Y el resto de módulos también contribuyen a potenciar las cualidades de este profesional, como la dinamización de grupos o el fomento de las habilidades sociales.
Por lo que respecta a las salidas laborales, los principales demandantes de estos profesionales son ONGs y otras entidades sin ánimo de lucro. Algunas instituciones públicas también contratan a mediadores interculturales de manera directa, aunque en otros casos recurren a las mencionadas ONGs para la gestión integral de proyectos.
En este sentido, cabe destacar el énfasis que están poniendo algunas comunidades autónomas para realizar proyectos de integración en el ámbito educativo. El contexto actual de nuestras aulas, donde la diversidad cultural es cada vez más amplia, justifica estas actuaciones. Además, instituciones locales, regionales o estatales también pueden requerir la intervención de estos profesionales en otros ámbitos: relaciones laborales, centros penitenciarios, etc.