En primer lugar, las competencias laborales, son ese conjunto de habilidades, conocimientos, actitudes y valores que una persona necesita para desempeñarse eficazmente en su puesto de trabajo. Pero, ¿qué significa esto en la práctica? Significa ser capaz de realizar las tareas y responsabilidades de tu empleo correctamente, y de manera que contribuyas al éxito y objetivos de tu empresa o sector.
Estas competencias se dividen en dos grandes grupos: por un lado, tenemos las habilidades técnicas, que son aquellas específicamente relacionadas con el desempeño de tareas particulares de un puesto de trabajo. Por ejemplo, si estudias para ser técnico en sistemas microinformáticos, una competencia técnica sería la capacidad de ensamblar y reparar hardware de computadoras.
Por otro lado, están las habilidades transversales, también conocidas como habilidades blandas. Estas incluyen la comunicación efectiva, el trabajo en equipo, la resolución de problemas, la adaptabilidad y la gestión del tiempo. Independientemente de tu área de estudio o el sector en el que desees trabajar, estas competencias son esenciales porque te permiten navegar por diversos entornos laborales y colaborar eficazmente con otros.
Un aspecto clave de las aptitudes profesionales es que son medibles y pueden ser desarrolladas a lo largo del tiempo. Esto significa que, con la formación adecuada y experiencia, puedes mejorar y ampliar tus competencias para aumentar tu empleabilidad y éxito profesional. Por tanto, identificar y trabajar en tus competencias laborales desde temprano en tu carrera, es fundamental para tu desarrollo profesional futuro.
Entender las competencias laborales te ofrece una ventaja competitiva, permitiéndote destacar entre otros candidatos y progresar en tu carrera profesional. Para aquellos interesados en explorar más sobre las oportunidades que proporciona la formación profesional y cómo esto se traduce en el mercado laboral, os recomiendo leer FP con más salidas laborales.